Terapias: Obra en tres actos
TERAPEUTA: Cuénteme su sueño, Sr. Candidato.
SR. CANDIDATO:
Encabezo iniciativas de estatización.
Subo los impuestos a los ricos.
Impongo mayores controles ambientales.
Mejoro la calidad de la educación pública.
¿Qué más ve en su sueño?
Estoy en todos los matinales, vía Zoom.
Pero un perro con pañuelo rojo no deja de ladrar.
Me persigue junto con unos pingüinos y una señora mapuche.
Llego a una plaza llena de gente gritando.
Yo les digo que soy socialdemócrata,
pero el perro con pañuelo me muerde la pierna.
La señora mapuche me golpea en la cabeza con un kultrún.
Y la muchedumbre me alza en vilo y me arroja al río.
Despierto.
He decidido hacer una regresión hipnótica.
Mire este reloj con la efigie del General.
Mire las estrellas y las medallas auto conferidas.
Soy joven.
Acabo de casarme y perder la virginidad.
Qué rico es.
¿Por qué no lo hice antes?
Volvamos más atrás.
(Sonidos de antorchas encendiéndose. Cambio de luces.)
Es 1977.
Estoy al borde de un cerro con muchos jóvenes más.
Todos portamos antorchas.
¡Oh mein Führer!
Esto es maravilloso. Todos ordenaditos, de pelo corto.
Las pocas mujeres de falda, calladitas y detrás de los hombres.
El Führer habla… ¿O es mi General?
No sé, no los distingo desde acá.
Habla de un Chile sin comunistas ni socialdemócratas.
¡1-2-3! Ahora estamos en otra etapa. ¿Qué año es?
1988.
Salgo en la televisión.
Apoyo al Führer… perdón, al General.
Digo que lo ha hecho “la raja”.
Una Revolución Silenciosa.
Mientras los ricos se hagan más ricos,
el dinero empezará a chorrear hacia abajo,
como una vela derretida.
Esto lo recordará cuando despierte.
¡1-2-3-4! Ahora es de nuevo capitalista y momio recalcitrante.
TERAPEUTA: Su caso es más grave de lo que parece.
La hipnoterapia no funcionó.
¿Le suena ese nombre, verdad?
Sr. Candidato: Sí, es pariente del General Mano de Hierro.
Dr. Contreras: No tenga miedo.
¿Por qué no me contesta?
¿Es necesario que esté tendido y amarrado?
¿Por qué me vendaron?
¿Por qué me colocaron esos cables ahí?
¿No es solo en la cabeza?
¡Diga algo Dr.!
(Sonido de descarga eléctrica. El Sr. Candidato convulsiona.)
DR. CONTRERAS: ¡Confiesa!… perdón, diga.
¿Por qué dice que es socialdemócrata?
¿Por qué olvidó la obra de nuestro amado prócer?
SR. CANDIDATO: ¡Basta! Por amor de Dios, deténgase.
Es solo una táctica.
Nunca resultaron mis ideas:
La cancha de ski en la plaza.
La piscina inflable en el metro.
El circo del Congreso para el 18.
Pensé que la gente quería escucharlo.
DR. CONTRERAS: ¡Aumente la potencia!
SR. CANDIDATO: ¡Agggh!
¡Pero si ya dije la verdad!
DR. CONTRERAS: ¡Esta va por mi General, traidor!
Has dado pie para que un comunista
se alce como presidente de la República.
DR. CONTRERAS: ¡Enfermero! Déle tratamiento hasta que hable en chino.
(Luces se apagan. Sonido de una última descarga. Oscuridad total.)



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