Terapias: Obra en tres actos



TERAPIAS
Una tragicomedia en tres actos

Personajes:
Sr. Candidato: político con don de la ubicuidad en plena crisis de identidad. 
Terapeuta: profesional de métodos poco ortodoxos. 
Dr. Contreras: médico especializado en terapias de schock. 
Voces del pasado: coro que acompaña las regresiones hipnóticas. 

ACTO I: EL SUEÑO

(Escena: Un diván en el centro del escenario. A la izquierda, un escritorio con una lámpara tenue. El Terapeuta toma notas en una libreta mientras el Sr. Candidato yace en el diván, ojos cerrados.)


TERAPEUTA: Cuénteme su sueño, Sr. Candidato.

SR. CANDIDATO:

Sueño que soy socialdemócrata.
Encabezo iniciativas de estatización.
Subo los impuestos a los ricos.
Impongo mayores controles ambientales.
Mejoro la calidad de la educación pública.

TERAPEUTA: Interesante.
¿Qué más ve en su sueño?

SR. CANDIDATO:
Veo una pantalla de televisión.
Estoy en todos los matinales, vía Zoom.
Pero un perro con pañuelo rojo no deja de ladrar.
Me persigue junto con unos pingüinos y una señora mapuche.
Llego a una plaza llena de gente gritando.
Yo les digo que soy socialdemócrata,
pero el perro con pañuelo me muerde la pierna.
La señora mapuche me golpea en la cabeza con un kultrún.
Y la muchedumbre me alza en vilo y me arroja al río.
Despierto.


ACTO II: REGRESIÓN
(Escena: Luz tenue, el Terapeuta enciende un metrónomo. Sonidos de tambores y susurros del Coro de Voces del Pasado.)


TERAPEUTA: Su caso es más grave de lo que parece.
He decidido hacer una regresión hipnótica.
Mire este reloj con la efigie del General.
Mire las estrellas y las medallas auto conferidas.
Mire las estrellas de las hombreras, brillan como privatizaciones truchas.
Ahora usted está completamente hipnotizado
¿Cuénteme dónde se encuentra?

(El Sr. Candidato cierra los ojos. Un zumbido se intensifica.)

TERAPEUTA: ¿Dónde se encuentra?

SR. CANDIDATO:
Soy joven.
Acabo de casarme y perder la virginidad.
Qué rico es.
¿Por qué no lo hice antes?

TERAPEUTA: ¡No sea estúpido, candidato!
Volvamos más atrás.
(Sonidos de antorchas encendiéndose. Cambio de luces.)

SR. CANDIDATO:
Es 1977.
Estoy al borde de un cerro con muchos jóvenes más.
Todos portamos antorchas.
¡Oh mein Führer!
Esto es maravilloso. Todos ordenaditos, de pelo corto.
Las pocas mujeres de falda, calladitas y detrás de los hombres.
El Führer habla… ¿O es mi General?
No sé, no los distingo desde acá.
Habla de un Chile sin comunistas ni socialdemócratas.

TERAPEUTA: Tranquilo, candidato. No grite.
¡1-2-3! Ahora estamos en otra etapa. ¿Qué año es?

SR. CANDIDATO:
1988.
Salgo en la televisión.
Apoyo al Führer… perdón, al General.
Digo que lo ha hecho “la raja”.
Una Revolución Silenciosa.
Mientras los ricos se hagan más ricos,
el dinero empezará a chorrear hacia abajo,
como una vela derretida.

TERAPEUTA: Alto, deténgase ahí.
Esto lo recordará cuando despierte.
¡1-2-3-4! Ahora es de nuevo capitalista y momio recalcitrante.


ACTO III: TERAPIAS DE CHOQUE

(Escena: Un cuarto oscuro. El Sr. Candidato está amarrado a una camilla. El Dr. Contreras observa desde las sombras. Habla el Terapeuta)

TERAPEUTA: Su caso es más grave de lo que parece.
La hipnoterapia no funcionó.

Acudiremos a las avanzadas técnicas del Dr. Contreras
¿Le suena ese nombre, verdad?

Sr. Candidato: Sí, es pariente del General Mano de Hierro.


Dr. Contreras: No tenga miedo.

Todo lo que usted ha escuchado de que 
el General Mano de Hierro torturaba 
son mentiras inventadas por los marxistas vende patrias

Por si usted no lo sabe,
en la organización del general Mano de Hierro
se utilizaban técnicas de hipnosis y autoconocimiento 
para lograr las confesiones de los detenidos.

Era tal el éxito que tuvo con ello, 
que lograbarescatar de la oscuridad 
a esos pobres seres perdidos
en la penumbra del comunismo.
Luego de su recuperación, 
los enviaba fuera del país
(algunos dicen de este mundo)
para que reiniciaran una nueva vida.

Le repito
No tenga miedo.

(Entra el Dr. Contreras, las luces se atenúan, el Terapeuta sale de escena)

SR. CANDIDATO¿Dr. Contreras, es segura la terapia prescrita?
¿Por qué no me contesta?
¿Es necesario que esté tendido y amarrado?
¿Por qué me vendaron?
¿Por qué me colocaron esos cables ahí?
¿No es solo en la cabeza?
¡Diga algo Dr.!

DR. CONTRERAS: ¿Enfermero? Aplique un cuarto de potencia.
No olviden ponerse los tapones en los oídos.

(Sonido de descarga eléctrica. El Sr. Candidato convulsiona.)

DR. CONTRERAS: ¡Confiesa!… perdón, diga.
¿Por qué dice que es socialdemócrata?
¿Por qué olvidó la obra de nuestro amado prócer?

SR. CANDIDATO: ¡Basta! Por amor de Dios, deténgase.
Es solo una táctica.
Nunca resultaron mis ideas:
La cancha de ski en la plaza.
La piscina inflable en el metro.
El circo del Congreso para el 18.
Pensé que la gente quería escucharlo.

DR. CONTRERAS: ¡Aumente la potencia!

SR. CANDIDATO: ¡Agggh!
¡Pero si ya dije la verdad!

DR. CONTRERAS: ¡Esta va por mi General, traidor!
Has dado pie para que un comunista
se alce como presidente de la República.

DR. CONTRERAS: ¡Enfermero! Déle tratamiento hasta que hable en chino.

(Luces se apagan. Sonido de una última descarga. Oscuridad total.)



FIN.



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