POCAS PALABRAS
al borde de la misantropía.
Prefiero escribir en la sombra
cuando el ruido se viste de consigna vacía.
Cuando el verbo se vuelve dogma
y la lucha, una puesta en escena.
Cuando las vanguardias se iluminan solas
mientras otros fríen la miseria en la misma sartén ajena.
Cuando los gritos callan al que piensa
y la agenda se escribe sin mirar.
Cuando los dioses del discurso
se arrogan el derecho de clasificar.
Vienen los puros, los justos,
los que con mirada severa
te acusan sin pruebas
y rebautizan la realidad entera.
Todo lo que ves está mal
(según ellos y su esquema),
y si no estás con la causa,
eres parte del problema.
¡A cambiar la agenda del poder!,
gritan con puño elevado,
mientras en nombre del pueblo
te dejan más despojado.
¿Y si mejor elijo callar
antes que rezar de memoria?
¿Y si prefiero el sinsentido
antes que otra ideología obligatoria?
Porque en nombre del bien
también se han hecho barbaridades,
y entre tanto salvador de turno,
se nos pierde la verdad —y las ciudades.
© [2025] [EL HIJO DEL DILUVIO]. Todos los derechos reservados.



Comentarios
Publicar un comentario