NO OLVIDO
No olvido las sombras largas,
que arrasaron la tierra sin pudor.
No olvido los sueños arrancados
de las manos que buscaban justicia
en un país con grietas ancestrales.
No olvido al cantor,
su voz quebrada entre gritos y fusiles,
por cantar lo que a los señores dolía.
No olvido la guerra sin nombre,
que encendió La Moneda
y dejó mi bandera hecha cenizas.
No olvido el aullido de los perros,
cazando en la noche,
como espectros con uniforme.
No olvido la muerte sentada en el trono
donde antes vivía la esperanza.
No olvido.
Porque olvidar es enterrar dos veces,
es silenciar al que luchó
con las manos vacías
y el alma entera.
No olvido a los que aplaudieron
la sombra vestida de patria.
Ni a los que vendieron la tierra
como si fuera desecho.
Tampoco a los que disfrazaron su miedo
con discursos y traiciones.
No olvido,
ni olvidaré.
Porque quien entierra la memoria,
renuncia a su nombre,
y camina ciego
hacia la misma herida.



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